miércoles, 2 de febrero de 2011

El Colorete

Aportar luminosidad a la cara es fundamental y resaltar sus mejores atributos, como la boca o los ojos, también. Para ello, usamos el colorete, un recurso muy utilizado ya en épocas antiguas, como por ejemplo en el siglo XVIII, cuando llegó a cobrar una gran importancia entre hombres y mujeres para reavivar el aspecto y realzar los rasgos.
Si bien en esta época se utilizaba de manera exagerada, en la actualidad somos capaces de utilizar este producto con gran sutileza, aprovechándonos de sus ventajas al máximo. Pero, ¿sabes cómo debes aplicarlo y en qué texturas se encuentra? Hoy despejamos todas tus dudas.


Variedades

Para empezar, te diremos que el colorete se encuentra tanto en crema como en polvo. Los coloretes en crema tienen una composición similar a la de las barras de labios, resisten al agua y a la transpiración, por lo que será la mejor opción para el verano o cualquier situación que te haga sudar. Sin embargo, los coloretes en crema son la opción más elegida por su facilidad de aplicación. La popularidad de ésta variedad de colorete ha permitido muchos avances tecnológicos, aportando un valor añadido a este producto. Ahora por ejemplo, es posible encontrar colorete en polvo con agentes hidratantes o unos polvos de tamaño muy reducido con pigmentos coloreados.

¿Qué necesitas para aplicarlo?

Además del colorete, sólo tres cosas: pincel de grosor medio con mango a tu gusto (cuanto más largo sea podrás trabajar con más comodidad) y brocha gorda y puelvos sueltos para rectificar (la brocha gorda debes utilizarla para la rectificación).

Cómo aplicarlo

El colorete se aplica en último lugar, es decir, después de haber maquillado el resto de la cara de manera completa. Para evitar placas y exceso de colorete, aplícalo primero sobre la mano para no dejar un exceso de producto en el pincel. Para aplicarlo correctamente, debes hacerlo en orden ascendente, con movimientos largos que unan el hueso con las sientes. Debes hacer varias pasadas para difuminarlo bien, pero siempre sin volver a cargar el pincel de colorete, sino en la misma aplicación. Para aumentar la permanencia, acaba pasando por encima las mano (importante que estén limpias y secas), apretando sin deslizar.

Según el tipo de rostro debes seguir una técnica específica que te permitirá realzar tus facciones.
  • Rostro redondo. A través del colorete es posible alargar el aspecto de tu cara. Para ello, deberás aplicar el colorete en forma de triángulo, formado por la zona de la sien, pasando por el lóbulo de la oreja y hasta el centro de la mejilla. Debes aplicarlo circularmente y colorear de forma tenue el centro de las mejillas y la punta de la barbilla con tono claro. Después, difumina bien el color oscuro en la mandíbula inferior, las sienes y el nacimiento del pelo.
  • Rostro cuadrado. Aplica el color horizontalmente, pasando por la nariz hasta la oreja y aportando un tono claro sobre los pómulos y uno oscuro en la raíz del pelo y en los maxilares en el caso de que sobresalgan.
  • Rostro alargado. Se aplica de forma horizontal empezando por los ojos, después a la altura de las aletas de la nariz y finalmente difuminándolo hacia la zona de las sienes. Utiliza tonos discretos y una plicación ligera que haga del colorete algo prácticamente imperceptible.
  • Rostro ovalado. El tono claro se aplica en las mejillas para dar un aspecto saludable y lso tonos oscuros se utilizarán para delimitar los contornos.
  • Rostro triangular. Si tu problema es la frente ancha, debes aplicar el tono oscuro en el nacimiento del pelo, a través de movimientos semicirculares con la curva abierta hacia el interior. Los tonos claros son utilizados, en este caso, para aplicar en la parte alta de los pómulos, cerca de los ojos, poniendo abajo un toque oscuro bien difuminado.

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